Era una mujer inteligente, prestaba mucha atención a los más mínimos detalles sin otro objetivo que conocerte más a fondo. Entregaba el corazón sin ninguna condición, a su manera, pero sobre todo comprometida, mucho. Lo que más le gusta es hacer feliz a los demás.
Reía a carcajadas y era tan ocurrente que la gracia se le salía por los ojos... Es así, una mujer sin prejuicios y con sueños tan grandes como el Universo, pero ella tenía miedos...
Miedo de esos días fríos en los que el frío la hace llorar inmensamente, miedo de que el mundo olvidará que existe, que ama, que sueña... que sufre.
Ella no necesita nada, sólo desea que su alrededor la aprecie y le diga lo que vale, antes de que el mundo le destruya su tierna sonrisa y los textos que noche tras noche puede escribir.
