Mi luz termina por asfixiar el último rayo que se produce de la lámpara, y solo quedamos tu esencia y yo.
Aquí se quedo tu sonrisa tan opaca por los años,
tus manos tan gastadas por el trabajo,
tus labios gruesos y brillantes,
tus grandes pestañas, tus expresivos ojos,
tu barba rasposa, tu bigote pequeño que da la sensación de que jamás crece.
Tus brazos tan fuertes y tranquilizantes,
tu voz grave y graciosa,
tus largas y blancas piernas,
tu hondo y escondido ombligo...
Tu.
Y me reconforta saber que si sigues aquí es porque me amas, y es un honor ser parte de tu complicada vida, de tus besos, de tu amor, de ti.
"Aquí estás conmigo porque aquí te creaste, aquí naciste y aquí aprendiste el arte de amar".